domingo, 14 de abril de 2013

La vista tras la ventana.

'' Se cerraron las puertas y ventanas de mi habitación. Con llave. Una gran llave. Y, ¿qué podía hacer? Daba vueltas por las sábanas, y éstas, parecían, cada vez, más alargadas y espesas. Parecía el mismo mar, enredándome en un oleaje de pensamientos sin pies ni cabeza.

  La noche era larga, y fuera de mis movidas sábanas, estaba el ambiente frío y quieto. Tenía que levantarme. No podía seguir haciendo la gamba ahí quieta. Y bueno, nunca mejor dicho.  El suelo sí que estaba frío, pero en la oscuridad no ves, como es lógico. Y mis zapatillas fueron consumidas por ésta. Me tocaba andar sin rumbo por mi habitación. Podía sentir como pisaba ciscos de algún bollo o galleta. Mi madre no me deja comer en mi habitación. No lo comprendo. ¿Por qué será?

  Mi mente reconoce haber creado toda esta situación, ¿Cómo me he podido dejar llevar? Nunca pensé llegar a este punto. Me doy pena. Asco, tal vez. Aunque este pensamiento varía mucho, es más, muchas veces, suelo ser un tanto creída.

  Espera, ¿qué es ese ruido? Ala, es mi cabeza que me ordena a seguir llorando. ¿Qué he hecho? ¿Por qué me hago esto a mí? Nunca le he hecho daño a nadie, nunca he mentido ni lo pienso hacer. ¿Por qué soy tan susceptible? Solo debería de importarme lo que me dice la gente que de verdad me quiere. Y, ¿cómo es que puedo llegar a pensar en todas estas cosas en un periodo de tiempo tan corto?

  Bueno, lo que sí, es que mi habitación parece un tanto enorme. Bueno, normal, ando en mudanzas. Solo queda mi colchón en el suelo, con una sábana vieja y Tod. Sí, mi querido perro achuchable.

  Sigo caminando, y ahora pienso en que hoy no he podido ducharme con las prisas. Pero, ¿qué prisas? No he salido de mi cuarto. No hay ni puertas ni ventanas para salir. Y cada vez, lo veo más chico. En nada no podré seguir caminando a mi libre albedrío.

  Soy una mierda. Parece que ya a nadie le importo. No hay nombres, ni hombres, ni perros en mi vida.

  Nunca he tenido un perro. Ni siquiera de peluche.

  Pero, ¿Por qué sigo llorando? Mi mente me nubla todo a mi alcance. No puedo distinguir la oscuridad de... de la nada. Es más, ¿Hay algo? Estoy en una habitación totalmente vacía. ¿Cómo he acabado aquí? Espera, ¿y si no hay nada? ¿Y si camino hacia el vacío? Mente, sé que estás ahí. No me la juegues otra vez, por favor. Tengo sentimientos, quiero tener un rumbo en mi vida. Quiero luchar por algo, sea lo que sea. Quiero quererme día tras día, y no me dejas. Sé que hay algo en mí, y ahí, ya estoy viendo algo de entre la oscuridad. Sigo caminando hacia ello.

  Mente, ¿no ves que puedo con esto? Seré capaz de encontrar mi camino, aunque me falle la voz, la vista, el tacto, el olfato...

  No, sigue todo nublado. ¿Y si estoy muerta? No recuerdo la última vez que estuve con alguien. Es más, no recuerdo haber conocido nunca a nadie. Estoy sola. Y todo me parece tan difícil...

  Escucho otra voz. Ésta es más clara y limpia. Escucho como me sostiene y me recuerda que hay algo. ¿Qué hago? ¿Debería dejarme llevar? Puede que me guíe, sea a donde sea, me guiará. Pero, ¿Y si me falla? Dejo de escuchar la voz durante escasos segundos, y vuelve a mí. ¿Por qué no me abandona? ¿Tanto hay en mí como para luchar? Veo. Veo algo. De entre la oscuridad, algo claro. Voy, no normal, corro.

  Surgen nuevas esperanzas. Sé que hay algo.

  Es Tod. Me mira indeciso. Le acaricio y sonrío. Vaya, ¿Qué clase de brujería es ésta? Hasta hace un instante, pensé que era un alma vagante, o un incorpóreo. Pero tengo labios. Y puedo moverlos. ''¡HOLA!''

  Hay un poco de eco. Entonces, ¿estoy en una habitación? Joder, y el suelo está hecho mierda.

  No sé qué hago de pie, pero me voy a la cama. Tengo sueño, y mañana será un gran día. Tengo que hacer unos trabajos para clase, y además, tengo que mostrar esta sonrisa que acabo de obtener.

Maldito perro, cómo me ama.''




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