sábado, 18 de mayo de 2013

Without dreams.

''Con cansada vista, cogió un par de monedas de oro e intentó apuntar a su barriga. Las lanzó y éste las cogió en el aire. <<¿Y esto?>> dijo el muchacho con los ojos llorosos. <<¿Piensas que soy ahora un chico de compañía?>> Decía entre respiraciones rápidas y bruscas.

   -No eres para mí.- Se dio la vuelta y desapareció entre la oscuridad.

Esquivaba al llegar a casa, los muebles del pasillo, pensando en que a la mañana siguiente tendría que trabajar duro para realizar bien la mudanza. Solo chocó una vez contra una mesita de café, pero siguió sin hacer ruido por ese camino tan largo y frustrante. Abrió la puerta de su habitación. Todo recogido y empaquetado. Encendió la luz, se sentó en el escritorio y sacó una pluma de su bolsillo. Se escribió en la piel la dirección a la que debía asistir a la mañana siguiente, ya que lo recordó de improvisto y sabría que a la mañana siguiente se le habría ido la cabeza a otro lugar.

No pensó siquiera en el chico con el que estuvo escasos minutos atrás. Era algo que no le importaba, aunque estuvieran tanto tiempo viéndose a escondidas, a escondidas del mundo. Era algo que no tendría valor en el presente ni en el futuro. Y más triste aun: no aprendería nada de ello.

Encima del escritorio había una factura, para ser exactos, la del agua. Le dio la vuelta y empezó a escribir algo que nunca llegaría a manos de esa persona que pone por delante de los demás, de todo. Una carta explicando por qué ha estado todos estos meses buscando en otras personas lo que no pudo luchar por conseguir con ésta. Era tan pésima la situación, que sus lágrimas caían en picado, haciendo que en escasos segundos su respiración se viese anulada, cortada de cuajo.

Tiró la pluma por la ventana, se arrancó la camisa de rodillas en el suelo, y delante de la luna, acabó por dormirse. Tirada, tiritando por la ventana abierta.

A la mañana siguiente, no tardó en ponerse manos a la obra con el equipaje y con los muebles que irían a casa de sus tíos. Había dicho que se iría con ellos a vivir, pero sus planes no habían sido esos desde un principio. Había comprado un billete de ida, al fin del mundo. A un lugar, donde no existían los sueños.''


La dirección de la mano era la de un puente a las afueras del pueblo, hora de la muerte, 10:27 de la mañana.

martes, 16 de abril de 2013

Hojas cortas.



‘’Querido diario,
Han pasado semanas desde que no escribo, pero tampoco te creas, no hay mucho que contar. Es más, no sé el por qué de estar aquí escribiendo, si total, me pegaría escribiendo todo el rato de los tres tontos de turno que se meten conmigo en el recreo.  Vamos, lo de siempre, querido diario. Y también sabes lo mal que lo pasé hará un año, cuando mi madre murió.  Sí, hoy hace ya un año.  La casa huele a rosas, su olor favorito.
Sí, también la recuerdo en el jardín, junto a los setos, a las rosas, leyendo o simplemente observándolas con detalle u oliéndolas.
Sabes de sobra la razón por la que empecé a escribir también, que fue una promesa.  Sí, cosas de ‘amigas’ para saber de las demás. Menuda tontería.
Pero ya ves, al menos marco estas palabras en ti, que serás lo único que me recuerde y se acuerde de toda mi vida, aunque ahora mismo, no te esté llenando de información, sino, dando un leve repaso…
Qué asco de casa.
Hace unos días, mi padre, me obligó a hacerle la comida porque estaba en el salón con los amigos viendo un puñetero partido de futbol. ¿Te lo puedes creer? Y luego, yo era la vaga de la casa. Me parece increíble…
Querido diario, te parecerá algo triste, pero desde que mi madre se fue, te he tratado como si fueras ella. Lo siento, pero ella está ante todo, y esto, va para madre.
Para la persona más fuerte, más increíble, más poderosa y grandiosa. La que más ha aguantado y la que más me ha ayudado en todos estos años. De verdad, ella lo fue, lo es y será siempre, todo.
Hijo de puta es mi padre, mula de desgracias. Cargado siempre de mierda y de más mierda…
¿Sabes? Mamá, todo podría haber sido distinto.
No tendrías que haberte escondido días en casa, sin poder ver las malditas rosas del jardín. No tendrías que haber aguantado cada caída ni cada mísero resbalón.  Pero, sí, gracias a esto, más me uní a ti.
Mientras  ‘papá’ se quedaba toda la casa para él, nosotras nos bastábamos de mi cuarto. Donde pasamos tantas noches y días y tardes y amanecidas… Éramos las más fuertes del reino. Vale, no podríamos tener todo el poder, pero nos teníamos la una a la otra.
Mamá, no te lo dije, pero eras lo único que necesitaba. A ti.
Bueno, no puedo llegar y coger tantas hojitas de esta pequeña libreta, que encima, es enana, para sacar toda esta…  caca.
Éste es mi último año, y sí, he sacado todo con buenas notas. Estoy en escasos exámenes finales, pero me los he ido sacando día tras día. Seguro que estás muy orgullosa de mí. Lo sé. Lo veo en aquellos ojos que me arropaban.
Dios, lo siento otra vez, pero, de verdad, perdóname. Perdona el no haberte dicho todo esto antes. Perdóname, en serio.
Aunque yo nunca te traté mal. Ni pensé en hacerlo.  Y quien lo hizo, así se quedará, sólo.
Bien, acá me tienes. ¿Qué más decirte?  Ah, ¿recuerdas a aquel chico del que te hablaba tanto?
Pues sí, voy a ir a verle.
Gracias a todo lo que me dijiste, a cada palabra que me decías sobre él. Sobre lo que te parecía, sobre lo que tenía que hacer por las personas que me importaban. Pues sí, voy a ir a por él. Porque no hay nada más que quiera hacer ahora.
Y en nada es mi cumple, mira tú por dónde… queda una semana. 
Mi último cumpleaños, fue... bueno, aquello no fue ni un cumple, todavía seguía llorando por ti.  Qué diantres, aun lo sigo haciendo. Y perdón nuevamente, sé que no lo quieres así.  Eso sí, me voy controlando mejor.
Y joder, también siento aquella semana que tuve que perder de clase,  aunque juro la recuperé perfectamente.
Relájate, todo saldrá bien.
Y ala… papá está gritando otra vez. No pienso hacerle caso. En cuanto sea mi cumpleaños, terminaré el curso en casa de una amiga. No lo aguanto, mamá… Soy incapaz de mirarle a la cara... Cada vez que intento aguantar la mirada, veo como te cogía y te…
 Pensar que hoy no estás aquí conmigo, por él, me hace maquinar cada noche, miles y miles de formas de matarle. Y sí, sigo diciendo que lo que hiciste era de cobarde. Pero comprendo el que no pudieras aguantar más...
Cuando encontraron tu cuerpo en la bañera, mi mente explotó, y ¿qué hizo papá? Echar unas malditas lágrimas delante de los polis y santas pascuas.
Qué asco de hombre.
Ahora sí que me voy… no te lo he contado, pero tengo un ojo morado.
No, no fue papá, pero oye, de muchas me he librado ya.
Me pegaron a la salida del instituto, diciendo que yo había chivado a la profesora de unas chuletas. No te preocupes, se fueron algunos con dos o tres moretones.
Sí, soy fuerte, sé manejármelas por este mundillo de caca. Y más desde que no estás.
Bueno, chao chao, mamá. ‘’

domingo, 14 de abril de 2013

La vista tras la ventana.

'' Se cerraron las puertas y ventanas de mi habitación. Con llave. Una gran llave. Y, ¿qué podía hacer? Daba vueltas por las sábanas, y éstas, parecían, cada vez, más alargadas y espesas. Parecía el mismo mar, enredándome en un oleaje de pensamientos sin pies ni cabeza.

  La noche era larga, y fuera de mis movidas sábanas, estaba el ambiente frío y quieto. Tenía que levantarme. No podía seguir haciendo la gamba ahí quieta. Y bueno, nunca mejor dicho.  El suelo sí que estaba frío, pero en la oscuridad no ves, como es lógico. Y mis zapatillas fueron consumidas por ésta. Me tocaba andar sin rumbo por mi habitación. Podía sentir como pisaba ciscos de algún bollo o galleta. Mi madre no me deja comer en mi habitación. No lo comprendo. ¿Por qué será?

  Mi mente reconoce haber creado toda esta situación, ¿Cómo me he podido dejar llevar? Nunca pensé llegar a este punto. Me doy pena. Asco, tal vez. Aunque este pensamiento varía mucho, es más, muchas veces, suelo ser un tanto creída.

  Espera, ¿qué es ese ruido? Ala, es mi cabeza que me ordena a seguir llorando. ¿Qué he hecho? ¿Por qué me hago esto a mí? Nunca le he hecho daño a nadie, nunca he mentido ni lo pienso hacer. ¿Por qué soy tan susceptible? Solo debería de importarme lo que me dice la gente que de verdad me quiere. Y, ¿cómo es que puedo llegar a pensar en todas estas cosas en un periodo de tiempo tan corto?

  Bueno, lo que sí, es que mi habitación parece un tanto enorme. Bueno, normal, ando en mudanzas. Solo queda mi colchón en el suelo, con una sábana vieja y Tod. Sí, mi querido perro achuchable.

  Sigo caminando, y ahora pienso en que hoy no he podido ducharme con las prisas. Pero, ¿qué prisas? No he salido de mi cuarto. No hay ni puertas ni ventanas para salir. Y cada vez, lo veo más chico. En nada no podré seguir caminando a mi libre albedrío.

  Soy una mierda. Parece que ya a nadie le importo. No hay nombres, ni hombres, ni perros en mi vida.

  Nunca he tenido un perro. Ni siquiera de peluche.

  Pero, ¿Por qué sigo llorando? Mi mente me nubla todo a mi alcance. No puedo distinguir la oscuridad de... de la nada. Es más, ¿Hay algo? Estoy en una habitación totalmente vacía. ¿Cómo he acabado aquí? Espera, ¿y si no hay nada? ¿Y si camino hacia el vacío? Mente, sé que estás ahí. No me la juegues otra vez, por favor. Tengo sentimientos, quiero tener un rumbo en mi vida. Quiero luchar por algo, sea lo que sea. Quiero quererme día tras día, y no me dejas. Sé que hay algo en mí, y ahí, ya estoy viendo algo de entre la oscuridad. Sigo caminando hacia ello.

  Mente, ¿no ves que puedo con esto? Seré capaz de encontrar mi camino, aunque me falle la voz, la vista, el tacto, el olfato...

  No, sigue todo nublado. ¿Y si estoy muerta? No recuerdo la última vez que estuve con alguien. Es más, no recuerdo haber conocido nunca a nadie. Estoy sola. Y todo me parece tan difícil...

  Escucho otra voz. Ésta es más clara y limpia. Escucho como me sostiene y me recuerda que hay algo. ¿Qué hago? ¿Debería dejarme llevar? Puede que me guíe, sea a donde sea, me guiará. Pero, ¿Y si me falla? Dejo de escuchar la voz durante escasos segundos, y vuelve a mí. ¿Por qué no me abandona? ¿Tanto hay en mí como para luchar? Veo. Veo algo. De entre la oscuridad, algo claro. Voy, no normal, corro.

  Surgen nuevas esperanzas. Sé que hay algo.

  Es Tod. Me mira indeciso. Le acaricio y sonrío. Vaya, ¿Qué clase de brujería es ésta? Hasta hace un instante, pensé que era un alma vagante, o un incorpóreo. Pero tengo labios. Y puedo moverlos. ''¡HOLA!''

  Hay un poco de eco. Entonces, ¿estoy en una habitación? Joder, y el suelo está hecho mierda.

  No sé qué hago de pie, pero me voy a la cama. Tengo sueño, y mañana será un gran día. Tengo que hacer unos trabajos para clase, y además, tengo que mostrar esta sonrisa que acabo de obtener.

Maldito perro, cómo me ama.''




domingo, 17 de febrero de 2013

One sky, one destiny.

¿Qué crees que pasará mañana?

Muchos de nosotros nos pasamos todo el día pensando en el futuro, pensando en qué podremos llegar a ser, en qué pasará si hacemos 'x' cosas... y no nos damos cuenta de que para ser eso que queremos ser, o hacer lo que queramos hacer, debemos dejar de pensar y ponernos a actuar.

También pensamos mucho en el destino.

Metemos el destino en un simple ''ya nos veremos''.  Pensamos que el destino está en todas partes, que si un día nos vamos lejos, nos encontraremos con alguien que no vemos de hace 10 o 15 años. Y para eso, sí hace falta imaginación.

¿De verdad existe el destino?

Para nosotros, el destino, es una fuerza celestial que controla todos y cada uno de los lazos que salen de nuestro cuerpo y se unen con todas esas personas a las que conoceremos, o nos encontraremos, etc. PUES NO. Siempre hablamos del destino en estos casos, ''¡Cuanto tiempo! El destino nos ha unido.'' Perdona, te ha unido mover el culo del sofá y salir a la calle. Por el amor de dios, ahí está. Si te encuentras con alguien, es porque has hecho algo. No hay más. Tantos planetas enormes, y nosotros quejándonos de ir a la panadería que hay a la vuelta de la esquina.

Cuando conozcas a alguien de la nada, date gracias a tí por haber removido tierra o mar, y dale gracias a la otra persona por existir.


Y ahora, que levante la mano quien quiera hacer preguntas, quien quiera solicitar un tema del que quiere que le cuente mi punto de vista, estaré encantada.


Deje su comentario o no, si le ha gustado o no, si quiere preguntar o burlar después de la señal... ... ... ¡PÍ!

martes, 15 de enero de 2013

Para gustos, no colores, todos compartimos el mismo cielo.

¿Alguna vez no has pensado en lo que de verdad quieres? 

Siempre, desde muy chicos, nos dicen que hay que pensar siempre en la otra persona, en nuestro acompañante de aventuras, o en la gran masa seguidora. Pensar en todos ellos, menos en tí. Ellos son mucho más importantes que tú, ¿no?

Siempre, desde muy chicos, nos fijábamos más en lo que decían de nosotros, y nos afectaba mucho. Desde un simple ''cara-culo'' a un gesto tan ridículo como enseñar la lengua. Cuando éramos pequeñitos, eso era uno de los mayores pecados que había sobre la faz de la tierra. 

Y ahora entrando más en el tema, desde siempre nos han mandado a crear como ''una superficie'' o una ''careta'', por llamarlo de algún modo. Desde que nacimos, ya nos marcaban un estilo, nos ponían un rosa, porque éramos chicas, o un azul, si lo que tenías entre las piernas era más o menos como un gusanito. Pero, cuando vamos creciendo, nos vamos adaptando más a nuestro ambiente, tenemos que seguir al ambiente para que ya de ahí, salgas con la gran etiqueta que marcará varios momentos de tu vida.

El mundo en el que vivimos está tan marcado, que parece una simple nevera, una nevera llena de recordatorios, o de fechas, o de anotaciones. Pero, ¿Qué hay dentro de esa nevera? Hay un gran combustible, pero, ¿qué hace la gente que pasa por delante de esa nevera? Justamente cuándo va a abrirla, para inspeccionar lo que hay dentro, se detiene, y lee todos esos papeles que la envuelven. Su envoltorio. 

Y así, queridos amigos, es como comparo yo a la sociedad. Como una simple nevera.  

Todo está marcado, por dónde quiera que vayas: hipsters, góticos, raperos, emos, pijos, frikis, otakus... y por desgracia, un largo etcétera. Pero claro, está el típico que soltará ''Estoy orgulloso de ser ....'' 

Pero... ¿No os da pena? ¿No os da pena saber lo que le mola a la gente, simplemente, por ver sus vestimentas? Puede sonar estúpido, sí, pero creo que lo que de verdad da pena, es que ya nosotros mismos les pongamos las etiquetas. 

Es triste que relacionemos a todo ese conjunto por igual, y con esto me quiero referir, a que por ejemplo, quien vea a un grupo de góticos, pijos, lo que sea, pensarán que todos ellos, son iguales. Que no tienen sentimientos o que si los tienen, ya sabes de sobra cuales son. Les gustan los mismos colores, la misma música, pero solo el tipo de música con el que está relacionado su ''categoría''. 

Eso es lo que hace retroceder a la gente. Van todos con el mismo sentimiento respecto a todo, y así les va, perdiéndose gran parte de la vida, gran parte de lo maravilloso, perdiéndose a las galaxias enteras que hay dentro de cada mente y corazón humano. Sí, he dicho humano, porque somos todos iguales, y con la comparación de antes, sí, somos neveras, y dentro nuestra, tenemos algo que la gente quiere, necesita, desea. Son nuestros recuerdos, nuestros pensamientos, ese, es el carburante de las personas. Enriquecerse a uno mismo, sabiendo de alguien que de verdad confía en nosotros. Eso sí es belleza. 

Mostrar interés en alguien, dedicarle una sonrisa nada más verlos. 

Y ahora, que levante la mano quien quiera hacer preguntas, quien quiera solicitar un tema del que quiere que le cuente mi punto de vista, estaré encantada.

Deje su comentario si le ha gustado o no, si quiere preguntar o burlar después de la señal... ... ... ¡PÍ!